Navegantes
En la otra cara de la moneda, algunos navegantes a vela nunca parecen estar tranquilos cuando maniobran sus barcos a motor en un entorno cerrado y, a menudo, se puede aprender mucho mediante la observación de un patrón experimentado de crucero de motor que gobierne un barco de una sola hélice en un lugar estrecho. Una tarde de verano me encontraba en la Marina de St.Thomas, mientras todos los barcos allí reunidos estaban disfrutando de un espléndido baile de giros realizados por un tradicional MFV que apenas tenía un espacio de dos metros a cada extremo. Era pura poesía en movimiento. El patrón daba suavemente avante y atrás, de una forma aparentemente relajada y sin decir una palabra. Su mujer estaba sentada sobre la regala en la proa haciendo señales casi inapreciables con la mano, que no sostenía el vaso con su aperitivo. El sonido refinado del tubo de escape del motor Gardner solamente cambiaba su ritmo ligeramente cuando, al cambiar la marcha, el remolino de la gran hélice giraba el pesado casco en poco más espacio que su propia eslora. Al final de la maniobra sonaron unos sinceros aplausos y toda la audiencia soñó con poder gobernar sus propios barcos con la mitad de esta destreza. Una ventaja obvia de los patrones de los barcos de motor y de vela que conocen algo más sobre la se produce cuando llega el momento de dar paso en puertos y ríos concurridos. Si todo el mundo comprendiera un poco mejor los problemas que conlleva el gobierno de diferentes tipos de barco, se podrían evitar muchos de los incidentes que se producen en una tarde de domingo de mucho movimiento